Las películas más decepcionantes del 2015 (¿las peores?)

La decepción provocada por una película depende, por supuesto, de las expectativas depositadas en ella. Hablar de las peores películas de un año carece de sentido porque, con gran probabilidad, ni siquiera las hayamos visto, pero año tras año surgen cintas que todo el mundo espera con ilusión y terminan siendo absolutos despropósitos. Y no, no hablo de secuelas poco trabajadas (Insurgente, de Robert Schwentke; Terminator Génesis, de Alan Taylor; Ocho apellidos catalanes, de Emilio Martínez-Lázaro), remakes innecesarios (Poltergeist, de Gil Kenan; Cuatro Fantásticos, de Josh Trank) o aventuras que nunca encontraron siquiera el rumbo (El séptimo hijo, de Sergey Bodrov; El destino de Júpiter, de Andy y Lana Wachowski). Seamos sinceros: nadie dio nunca un duro por ellas. No, prefiero dedicar estas líneas a decepciones colosales que llevan a plantearse en qué estaban pensando exactamente los creadores para desaprovechar sus doradas premisas. Aquí están las seis películas más decepcionantes del 2015, todas ellas potencionales éxitos de taquilla.

Pixels, de Chris Columbus
Rotten Tomatoes: 17% / IMDb: 5,7 / Filmaffinity: 4,9 

6. Pixels. Ciertamente, las películas protagonizadas por Adam Sandler (favorito de los Razzies) son siempre aterradoras (sin pertenecer nunca al género de terror), pero contar con la dirección de Chris Columbus podría haber apaciguado su locura. Por desgracia, el realizador de Solo en casa (1990), Quédate a mi lado (1998), las dos primeras entregas de Harry Potter (2001-2002) y Rent (2005) lleva una década hundido en un foso de difícil salida y Pixels no ha sido la excepción que algunos esperaban. Los efectos visuales y sonoros están a la altura de una superproducción de estas características, pero dada la calidad del histérico guion sería mejor que el estruendo técnico fuera lo único presenciado por los espectadores. Nos conformábamos con un entretenimiento alocado, pero no recibimos ni eso.

Pan (Viaje a Nunca Jamás), de Joe Wright
Rotten Tomatoes: 26% / IMDb: 6 / Filmaffinity: 5,3

5. Pan (Viaje a Nunca Jamás). Al irregular Joe Wright sólo le inspira Keira Knightley, está claro. Así, su trilogía protagonizada por la deliciosa actriz británica —Orgullo y prejuicio (2005), Expiación (2007) y Anna Karenina (2012)— está llena de momentos inolvidables mientras que El solista (2009), Hanna (2011) y, ahora, Pan son absolutos estropicios. Este último caso es el más doloroso porque ya nos habíamos acostumbrado a buenas producciones basadas en cuentos y el tráiler de Pan garantizaba magia a raudales. Por desgracia, esta se pierde en un guion poco cuidado y una intrusiva tecnología digital capaz de tirar por tierra el buen trabajo del departamento artístico. Para colmo, nadie entiende qué costaba encontrar a una india de verdad para hacer el papel de Rooney Mara.

Chappie, de Neill Bromkamp
Rotten Tomatoes: 31% / IMDb: 6,9 / Filmaffinity: 5,8

4. Chappie. Firme candidata a peor película del año, la tercera cinta del sudafricano Neill Blomkamp es un ejemplo del daño que Hollywood puede hacer a los realizadores más arriesgados. Producida por Peter Jackson, la primera cinta de este realizador sudafricano (District 9, 2009) se coló entre las nominadas al Óscar a mejor película. No era una cinta para cualquier, pero sí una obra arriesgada y diferente. Elysium (2013) daba menos de sí, pero mantenía el tipo gracias al trabajo de Matt Damon y a algunos resquicios de personalidad narrativa que se han perdido definitivamente en Chappie, un esperpento incapaz de centrarse, no ya en tono alguno, sino siquiera en la propia historia que supuestamente desea contar. Mención especial para el actor fetiche del realizador: un Sharlto Copley verdaderamente molesto en la “piel” del robot protagonista. Para los Razzies. [Más en '12 Muestra Syfy de Cine Fantástico. Día 1: el fiasco de Chappie'].

Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte II, de F. Lawrence
Rotten Tomatoes: 70% / IMDb: 7 / Filmaffiity: 6

3. Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte II. Aunque cada uno de los libros de la saga distópica de Suzanne Collins es más flojo que el anterior, las películas de En llamas (2013) y Sinsajo. Parte I (2014), ambas dirigidas por Francis Lawrence, fueron capaces de superar con creces a Los juegos del hambre (2012), de Gary Ross. Altas eran, por tanto, las expectativas depositadas en el final de la saga, que prometía más acción y profundización en unos personajes que ya se habían ganado nuestros corazones. Lamentablemente, dividir el peor libro de la trilogía en dos partes ha tenido un resultado nefasto, careciendo esta última entrega de cohesión alguna. Hasta Jennifer Lawrence parece tener menos garra, pero quizá los más perjudicados sean Josh Hutcherson y Liam Hemsworth, completamente lastrados por dos personajes sin desarrollo alguno. Y así es cómo el afán comercial de Hollywood se cargó una saga juvenil de referencia.

Tomorrowland, el mundo del mañana, de Brad Bird
Rotten Tomatoes: 50 % / IMDb: 6,5 / Filmaffinity: 5,6

2. Tomorrowland: el mundo del mañana. Si Disney fue capaz de sacar tan magistral película de una mera atracción de Disneyland (Piratas del Caribe: la maldición de la perla negra, de Gore Verbinski, 2003), ¿qué haría con un mundo entero? Pues, lamentablemente, muy poco, pasando Tomorrowland de encabezar las encuestas de los Oscars a colarse en múltiples listados de lo peor del año. A nivel visual es notable, sí, pero menos de lo que cabría esperar de una superproducción de acción real de Disney protagonizada por George Clooney y dirigida por Brad Bird, quien debe sin falta regresar al terreno de la animación (le debemos joyas como El gigante de hierro, 1999;  Los increíbles, 2004, y Ratatouille, 2007). Mas lo peor no es eso, sino un guion por completo ilógico que, además de caer constantemente en tópicos simplistas, carece de meta alguna. Tal fue el fracaso de la cinta que Disney canceló automáticamente la producción de la esperada Tron 3, algo verdaderamente absurdo considerando que no fue su temática, sino su descuidada narrativa, lo que tiró por tierra el esfuerzo depositado en Tomorrowland.

Regresión, de Alejandro Amenábar
Rotten Tomatoes: 6% / IMDb: 5,9 / Filmaffinity: 5,6

1. Regresión. El regreso de uno de nuestros directores más internacionales al género de suspense era sin duda el acontecimiento cinematográfico español del año. Las excelentes Tesis (1997), Abre los ojos (1998), Los otros (2001), Mar adentro (2004) y Ágora (2009) parecían haber convertido al director hispano-chileno en una apuesta segura. Pero todo artista alcanza el fondo alguna vez y Regresión es indudablemente el de Alejandro Amenábar, quien firma así un film soso, aburrido y tremendamente tramposo capaz de sacar lo peor de dos estrellas de la talla de Ethan Hawke y Emma Watson. Una verdadera pena, pero confiemos en que el realizador sepa aprender de sur errores y nos vuelva a sorprender en un futuro próximo (que no se tome otros seis años de descanso, por favor).

No pretendo con este artículo ridiculizar la labor de las personas involucradas en la creación de estas películas. A fin de cuentas, nadie decide “hacer una película mala” de entrada. Pero sí es cierto que la mayoría de estudiantes de cine sueñan con tener a su disposición grandes presupuestos y equipos de lujo y, cuando los tienen, terminan tirando todo por la borda por culpa de no cuidar la parte más barata del proceso: el guion. De nada sirve la magnificencia visual, técnica e interpretativa sin una buena historia que contar. Aprovecho por tanto para reivindicar la labor de los guionistas, sin duda la más infravalorada del mundillo: las casas se empiezan por los cimientos; las películas, por los guiones.

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